sábado, 14 de octubre de 2017

Viela

-            ¿Qué haces?
-            Escribo sobre ti, pero las palabras

Me conversa como jugando mientras elevo la vista y allí está su sonrisa, abrazando dientes que rasgan mis labios despacio, como arrebatando el escozor de su boca susurra cuando está y hace falta cuando no. Y la veo borrosa y ahora Viela también, sin los lentes ambos que chocaban y ahora no. No logro interpretarla, saber qué dice su mirar y calla, solo siento sus pestañas que picotean mis párpados, junto a sus cabellos que jalo despacio, casual. Ahora quiero que sonría, que cierre esos ojitos despiertos, coquetos; que no duermen, que sostienen mi mirada, que abren y cierran mientras me cuenta que quiere experimentar, que ahora conmigo y luego sin mí. Por ahora ese alguien soy-fui yo mientras sostengo sus manos frías que las mías calientes cubren intentando evaporar su desconfianza, en vano.

-            pero las palabras no me alcanzan, me siento corta. ¿Tú qué haces?

Ahora te miro y estás allí a mi lado mientras reímos en un bar entre varios, con humo y chilcanos estafadores hasta que encuentro dinero tirado en el piso y yo feliz y tú ríes conmigo, uno cerca del otro mientras acaricias mi cabeza con algo que se me antoja cariño, travesura en realidad. De pronto quiero crecer para alcanzar tus pensamientos que vuelan, que retroceden para irse y luego vuelven entre los míos, se mezclan con la segunda vez que aceptaste salir conmigo, te aburriste sobremanera entre capitanes y gente mayor, y yo nada, propongo y cierro los ojos, esperando nunca-pronto llegue la hora en que altiva bajes del carro, de frente, ya sin mirar atrás, ahí sabré que no vuelves, o lo harás para regalarme medio beso, como quedándote con las ganas que alguien más tomará.

-            Digo, solo tú estás en mi cabeza y eres la razón del por qué veo mi celular a cada rato y leo tus historias.

Y le gusto porque escribo, y nada más… y siendo así no dejo de escribir mientras pienso las veces que pensé, decidí y fallé. Respiro. Escribo y aparece su silueta delgada, aquellas piernas infinitas que acaricio hasta su vientre, que ahora respiro cercano en su regazo, jala mis cabellos y escucho palabras el interior de su piel clara, suave; cosas que piensa y no me dice. Sus ojos cerrados me atraen hacia los lados de su cuello, entre sus cabellos ahora sin aire. Atrapado entre su boca me hundo, me pierdo sintiendo que es al revés. Sujeto sus tobillos y me acerco despacio al vaho de su respiración mientras murmura. Y allí va mi dedo, se posa mientras respiro bajito, forma círculos en el contorno, como una moneda horadada al centro de su vientre, el ojo de la tormenta que no pude retener mientras mi lengua lo prueba y el ombligo sabe, me mira, ve; siente el calor entre Viela y sus caderas, lo siento ahora sobre su espalda que me recibe tersa, con espacios en los que me acomodo-vengo y voy junto a sus palabras, y la hora a la que debe llegar a casa. Quisiera no deba.

-            Me gustas, sé que me gustas, pero no quiero una relación.

Y pienso entonces en la definición de relación, en la diferencia entre hacer y no hacer, acompañar y estar solo, reír y fingir, abrazar y simplemente no hacerlo. Escribo pensando en las relaciones que he tenido sin querer, como si tenerla fuese una decisión o simplemente un estado de involucramiento involuntario entre risas, vahos y ojos cerrados. Está ahora callada, acurrucada entre mis brazos, las horas no bastan, las prisas no afectan, las risas sobran. Allí sus historias en borrador, allí sus fotos, allá sus miedos, lejos como la distancia que separa nuestras vidas. Vuelve a sonreír de la manera en que me gusta y por lo que me gusta. De pronto abre los ojos y no estoy a su lado. Estoy al frente y la llamo, y se levanta, y se acerca masticando el chicle una vez más, lo hace sonriente, con la coquetería que ya no funciona. Lo revienta, y empieza a hablar. Creo que le caigo bien mientras la escucho, creo que me soporta, ahora sí, ahora ya no.

-            Ayer quería escribirte y no lo hice... no te quiero decepcionar, son mis cosas, las ideas que dan vueltas en mi cabeza, me confunden y me caes bien pero


Viela
Juma Paredes
Octubre, 2017
www.facebook.com/inmaduronarrador

Fotografía: Juma Paredes

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anacoreta y yo (tres: sobre su fotografía y una clase magistral)

Tengo quince, le sonrío. No toma la foto. Sí retrata a las parejas de la izquierda, ellos ebrios, ellas con la orquídea en el pecho-muñeca....